CRÓNICAS DE ESQUINA – EDWIN PÉREZ (2020)

Desde la primera mitad de los 70’s, se popularizó aquello de que “las esquinas son iguales en todos lados”; algo en lo que Edwin Pérez parece coincidir salvo una posición muy personal y que sienta una línea que lo identifica: “las historias se repiten, pero depende cómo las cuentas…”. Edwin, tiene su esquina y tiene una propia historia, y desde su privilegiado ángulo, el de músico, el de cantante, el de “migrante”, pero sobre todo el de compositor, ha decidido no sólo contar esas historias o lo que sus sentidos han podido apreciar, sino también ser parte de esta historia musical: una contemporánea, con nuevos actores, de nuevas y avanzadas tecnologías, donde las historias parecieran repetirse, pero en las que hay la imperiosa necesidad de contarlas como corresponde: en primera persona.

La historia de Edwin Pérez se empieza a escribir en Manhattan (New York), lugar donde nace (actualmente vive en El Bronx), pero con un intervalo de tiempo importante de 18 años cronológicos y de vida en Puerto Rico, exactamente en el Residencial Vía del Rey en Caguas, donde transcurre su infancia (fue traído a los 11 meses de nacido), niñez, adolescencia y juventud temprana: es en la Isla del Encanto donde el pequeño Edwin realiza sus estudios de escuela elemental, secundaria y superior; y donde -de alguna manera- se va nutriendo con la sonoridad afrocaribeña y antillana, y los valores del hogar, pues, como con nostalgia y orgullo manifiesta, Edwin se considera hechura de sus abuelos. Esa experiencia le imprime -también- un sentido especial a su proyecto de vida: una marcada por la cercanía y la práctica de la cristiandad familiar, que lo integra a la iglesia y a cantar en el coro de ésta, y que lo perfiló para convertirse en el ser íntegro que es hoy en día.

Cuando termina la escuela superior, se ve obligado a viajar a Nueva York junto a la familia. Ya en La Gran Manzana, la historia se empieza a escribir con letras mayúsculas, con una vida “repartida” entre los menesteres académicos (realizó estudios de Administración y Sistemas) así como el mundo laboral y también el musical (tocaba piano en la Iglesia a la que asistía su familia). Su desempeño laboral, sería el que le brindaría desde satisfacciones económicas hasta amistades, experiencia, madurez y su ingreso a la música, “profesionalmente” hablando: así como lo lee. Resulta que en cierta ocasión acude, con las amistades del trabajo, a un restaurant donde tocaba una orquesta en la que, animado por la euforia del momento, haría una demostración de su talento vocal. Una presentación anecdótica, pero que determinaría la invitación del director de la agrupación, el músico neoyorkino (de ascendencia mexicano-venezolana) Enrique López para convertirse en el cantante de ENRIQUE LÓPEZ Y SU LATIN ENSEMBLE, agrupación que lo recluta y con cuyos integrantes alternaría a inicios de este siglo (2000 – 2001). Conoce luego a José Vázquez Cofresí, músico nacido en Misisipi, pero de ascendencia italiana y también boricua, quien llega a New York procedente de New Orleans, dispuesto a echar raíces con su propuesta musical que en ese tiempo se conoció como LOS CALIENTES DEL SON. Mientras Edwin, alternaba con Enrique López lo hacía también con Vázquez Cofresí, hasta que maduran la idea de LA EXCELENCIA, y se queda exclusivamente con esta agrupación, pero además también, renuncia a su estabilidad laboral de varios años en el Departamento de Ventas y Mercadeo de la sólida y exitosa cadena de televisión deportiva ESPN.

Con LA EXCELENCIA llegaron los viajes y presentaciones, también las grabaciones por supuesto, que la industria musical recoge a través de tres producciones: “SALSA CON CONCIENCIA” (2006), “MI TUMBAO SOCIAL” (2009) y “ECOS DEL BARRIO” (2012). Tras unos inconvenientes, necesarias reflexiones y acertada decisión, se hace público el nacimiento de SALSA CON CONCIENCIA como agrupación, acontecimiento que es marcado -sonoramente- con la producción y publicación de dos trabajos musicales: “RENACIMIENTO” (2013) y “MI TUMBAO SOCIAL” (2016). Este último es una especie de recopilación de los temas de Vázquez Cofresí que habían sido interpretados por Edwin Pérez con, y desde, la fundación de LA EXCELENCIA.

Pero Edwin, entendía que él mismo debía de escribir sus propias páginas en esta historia de la sonoridad salsosa, con la seguridad que le otorgaban los años de trajinar en tarimas diversas y los estudios de grabación donde perennizó los soneos propios -primero- y los temas de su inspiración que fueron integrados en las producciones de las que fue parte, posteriormente. De esa manera nace LA VOZ DEL PUEBLO, primero en formato digital a finales del 2016, y en formato físico (CD) en enero de 2017.

Esta nueva producción, y la segunda personal, de título CRÓNICAS DE ESQUINA, se empieza a gestar el año que pasó (2019), cuando en el mes de marzo, el sencillo “El Muro” inundase las plataformas digitales con un mensaje que propendía a derribar esos insanos intentos de fragmentar más a la humanidad. Cuatro meses más tarde (julio), y ante una coyuntura específica: el levantamiento de la indignada población puertorriqueña rechazando a su incapaz gobernador, la pluma de Edwin Pérez paría “Guerrero Valiente”. La página de esta historia se ha “terminado” de escribir hace algunas semanas con el lanzamiento de la producción completa, pero se vienen más historias -con seguridad- pues el talento de Edwin Pérez se erige como la voz del pueblo, quien -además- como un guerrero valiente, nos muestra esas venas abiertas de las que nos hablara Eduardo Galeano: unas por las que corren salsa, que es el medio -en esencia- en el que Edwin se crio.