De revisiones y versiones sobre una misma canción la historia ha sido y continúa siendo clara, dando cuenta de muchas que no llegaron a igualar y menos superar la calidad del original. En relación a ello, la Salsa no es la excepción; y la memoria nos recuerda con sinsabor cómo en ocasiones se han venido sorteando criterios concebidos y establecidos para la elaboración de arreglos acordes al genio de cada tema.
Ante esta desazón, no obstante, existen extraordinarias excepciones, y para el presente aplica a un genio llamado Eduardo Palmieri Maldonado o sencillamente Eddie Palmieri, un rebelde en la extensión de la palabra quien durante la segunda etapa de su carrera posterior a La Perfecta (1969-1978), luciera profusamente la evolución de su música a través de una discografía de culto y fiel a su estilo, apartada de todo interés comercial.
Muestra de este desarrollo quedaría registrado en célebres grabaciones de conciertos en vivo, como en estudio; realmente toda una saga experimental y bailable que, tomará un receso posterior a la salida del último de sus atrevimientos musicales que lleva por nombre Lucumi, Macumba y Voodoo grabado para el sello Epic en 1978. Entrando a los 80s, puntualmente 1981, aparecerá el que muchos conocemos como el “disco blanco” del pianista titulado EDDIE PALMIERI participando las voces de Cheo Feliciano e Ismael Quintana; disco del cual el propio Palmieri se considera fanático confeso.
Posterior a ello, seguirán tres entregas bastante particulares, Palo Pa Rumba y Solito, grabadas para Música Latina Internacional en 1984 y 1985 respectivamente y The Truth en 1987, grabación confusa y extraña hecha para Fania en tiempos de caída del sello y bonanza para quien apadrino económicamente este proyecto el Dominicano Ralph Mercado, hombre fuerte del entonces emporio RMM Records. Estos tres discos contarán con la participación de músicos puertorriqueños provenientes en su mayoría de los cuarteles de la Puerto Rico All Stars (PRAS), detalle significativo éste, que marcará notable diferencia respecto a la sonoridad que por años mantuvo el pianista al lado de su equipo regular de músicos Neoyorkinos. Una sola excepción en Palo Pa Rumba, donde incluirá como invitados especiales a su hermano mayor Charlie Palmieri “El Gigante de las Blancas y las Negras” y a un engreído suyo de siempre el timbalero/bongosero Nicky Marrero.
Sirvan estas referencias como antesala a 1989, año de reinvención para Eddie, quien literalmente vuelve a “salirse del cuadro” como otrora, tras el lanzamiento del excepcional SUEÑO, disco grabado para la casa Intuition Records. Un trabajo donde aquellos códigos y vocabulario que hicieran conocida la música del experimental Eddie, vuelven con fuerza asombrosa retomando aquel estilo que impulsara desde fines de los 60s.
Y SUEÑO sea quizás eso, una invitación, un boleto de viaje al subconsciente del Maestro, vagando en medio de aquel pasado musical de etapas anteriores con un despertar para la sorpresa, en la que su piano y orquesta nos presentan con nuevo ropaje, renovadas versiones de los clásicos AZUCAR y LA LIBERTAD LOGICO, así como composiciones e improvisaciones libres al piano.
Este disco aparece, concebido para fijarse en el gusto de quienes apreciamos la música de Manos de Seda; y en específico, AZUCAR tema sobre el cual versa esta publicación, sobrepasa las expectativas en su intención de ofrecernos algo nuevo con aroma de ayer. Una cuarta entrega vital, revestida de modernidad y mucho jazzismo, fiel a los principios que hicieran evolucionado el estilo del pianista.
La elaboración de esta nueva adaptación, tendrá como base una mixtura de lo realizado con La Perfecta en AZUCAR PA TI de 1965 (Parte 1), y el repaso de lo presentado con el disco de 1972, EDDIE PALMIERI WITH HARLEM DRIVE RIVER RECORDED LIVE AT SING SING VOL. I (Partes 2 y 3) recogiendo de ambas un común denominador, la progresividad, aquella que desde 1969 daba sus primeras señales de alerta a través de JUSTICIA evidenciando un desarrollo y maduración de ideas respecto a la estructura y orden a considerar para sus nuevos arreglos los cuales se apoyaran en nuevas figuras armónicas para los metales y piano.
Para esta IV revisión de Azúcar, Eddie, viene acompañado en mayoría de un nuevo y respetadísimo contingente musical, al cual se sumará una contribución bastante especial, un invitado admirador suyo, ganador de varios premios Grammy y cultor del jazz libre. Nos referimos al sax soprano/tenor David Sandborn, quien ocupará con su instrumento el lugar que en 1965 tocase al flautista George Castro. Palmieri y su banda junto a Sandborn resultan ser una combinación explosiva de resultados predecibles, refrescando en nuestras mentes algo de la paranoia desatada en Sing Sing (partes 2 y 3).
Sandborn complementará su participación acompañado del solo de piano de Eddie, y cerrando Bryan Lynch y Charlie Sepúlveda en trompetas.
MÚSICOS DE GRABACIÓN
JOHNNY TORRES, Eddie respeta mucho el respaldo que da el bajo a su piano. Por su banda han pasado ejecutantes especializados, tanto sosteniendo afincadamente la banda como solistas destacados.
Dave Pérez, Andy González, Polito Huertas, Eddie “Gua Gua” Rivera, Salvador Cuevas, anteceden en grabaciones al gran bajista Puertorriqueño Johnny Torres Vélez, quien tiene aquí la responsabilidad de acompañar los densos montunos de Eddie. Su trajinar en la música es vasta iniciándose en 1976 junto a Borincuba para después seguir con Tommy Olivencia, John “Dandy” Rodríguez, Conjunto Clásico, Ray Barretto, Héctor Lavoe, Johnny Pacheco, Louie Ramírez, Tito Allen, Tito Puente y un larguísimo etc. que son su mejor carta de presentación.
Actualmente, se desempeña como Director Musical de la orquesta de Gilberto Santa Rosa.
BRYAN LYNCH uno de esos jazzistas que encajó en la mentalidad de Eddie. Muy recordado por su estancia al lado de la Orquesta Sabor de Ángel Canales y Héctor Lavoe. Seria requerido por Palmieri y a la larga será socio y puntal en la banda.
CHARLIE SEPÚLVEDA de Puerto Rico reconocido trompeta de su generación, experimentado en música popular bailable con trayectoria al lado de la leyenda del bajo Bobby Valentín y La Masacre del percusionista Julio Castro.
SHIRO SADAMURA nacido en Tokio Japón con estudios llevados a cabo en Berklee College of Music en Boston y lecciones particulares al lado del contrabajista estadounidense Ron Carter. Se unió a Palmieri en 1988 acompañándolo formalmente hasta 1990.
LEWIS KAHN conocido también bajo el seudónimo de “segundo judío maravilloso” tiene en el trombón sus participaciones más destacadas, aunque en ocasiones su ejecución como violinista para agrupaciones charangueras han sido notables. Se cuentan entre ellas, lo hecho con Pupi Legarreta, y José Fajardo por citar algunas.
ALFREDO TRIFF violinista trajinado en charangas Neoyorkinas desde inicios de los 80s, tiempo en que emigra de Cuba a los EEUU.
En 1985 se conecta musicalmente con uno de los productores de este disco, Kip Harahan quien lo dispone con Palmieri para la grabación del presente álbum.
FRANCISCO AGUABELLA (+) de Matanzas Cuba, tamborero mayor y uno de los próceres del instrumento en los EEUU junto a Carlos Vidal, Mongo, Patato, Julito Collazo y Modesto Durán.
Especializado en tumbadoras y tambores Batá, Aguabella llevó su destreza a las agrupaciones de Puente, Mongo, Cachao, Cal Tjader, Bebo Valdés, los Hnos. Carlos y Jorge Santana y por supuesto Eddie Palmieri, con quien se reencuentra en el estudio de grabación nueve años después de grabar EDDIE PALMIERI CANTAN CHEO Y QUINTANA (Bárbaro Récords).
GIOVANNI HIDALGO notable percusionista reconocido y admirado por muchos, citarlo como parte de Batacumbele nos da una idea de las dimensiones que como percusionista completo tiene. Giovanni es hijo de José “Mañengue” Hidalgo, a su tiempo conguero de la orquesta de Richie Ray y Bobby Cruz.
ANTHONY CARRILLO otro percusionista de aquella generación dorada de talentos puertorriqueños. Carrillo como bongocero es referencia a considerar no solo como músico, sino, además, como innovador del mismo.
CHARLIE “PIRATA” COTTO (+) PALABRAS MAYORES como timbalero. De estilo distinto a sus antecesores Manny Oquendo y Nicky Marrero, cumple con creces su ejecución “trabajando para el grupo”, dejando clara la importancia del peso que tiene el timbal como instrumento de acompañamiento.
LUIS VERGARA creemos que junto a Cheo Medina fue otra de las voces “perfectas” para el sonido del Eddie de los 80s.
JERRY MEDINA sus inicios dan cuenta de participaciones junto a Ismael Miranda pasando en 1980 a ser cantante y trompeta del grupo BATACUMBELE. Su alto registro vocal sello distintivo en él, le permitió ser corista en diversas grabaciones para cantantes y orquestas en Puerto Rico, y con Eddie, no fue la excepción.
JOSÉ RAMIREZ, corista y percusionista destacado especialmente en lo folclórico Boricua. Destaca como participante con Batacumbele y con Eddie desde 1987.
Parte de la presentación de Eddie Palmieri en el programa Night Music en 1988
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